Una receta con pocos ingredientes, saludable y fácil de preparar.
Ha empezado oficialmente el otoño en Alemania, así que la temporada de sopas y cremas también ha comenzado. Hoy inauguramos el frío con una deliciosa crema de calabaza o ahuyama, como la llamamos también en Colombia.
Debo confesar que cuando era pequeña no me gustaba este vegetal (como muchos otros). Es uno de los favoritos de mi madre pero yo siempre hacía mala cara cuando en casa hacían esta sopa…
La calabaza: rica en nutrientes
La calabaza es un alimento rico en nutrientes, contiene proteínas y es baja en grasa. Tiene bastante agua y posee propiedades antioxidantes (mis favoritas) por su contenido de betacaroteno y vitamina C. La ahuyama es rica también en vitamina A la cual contribuye en nuestro organismo a la correcta fusión visual, el sistema inmune y la piel. Además posee fibra la cual nos hace mantenernos saciados por más tiempo y ayuda a regular la función intestinal.
Ingredientes:
1 calabaza mediana
1 cebolla cabezona
4 dientes de ajo
1 cda de gengibre rayado
1/2 lata de leche de coco cremosa
Agua
Pimienta y sal al gusto
Nuez moscada al gusto
Preparación:
Pelas la ahuyama, le quitas las pepas y la partes en cuadros. En una olla agregas un chorrito de agua (yo no uso aceite para esta receta, no es necesario) y cuando esté bien caliente añades la cebolla partida, salteas por 3 minutos, y luego agrega la cebolla y el jengibre. Revuelves por otros 2 minutos y seguido agregas la calabaza. Revuelves un poco más y añades agua. No debes agregar mucha, ya que la ahuyama suelta bastante agua al cocinarse y la sopa quedaría muy aguada. Tapas la olla y dejas que se cocine todo a fuego medio, revolviendo ocasionalmente.
Pasados unos 20 minutos aproximadamente chequeas con un tenedor qué tan blanda está la calabaza y apagas el fuego. Yo utilizo una licuadora de mano y licúo la mezcla inmediatamente, pero si tu no la tienes, espera a que la mezcla se enfríe un poco y mezclas todo en la licuadora (puede ser con la leche de coco o se la agregas después). Pasas de nuevo a la olla, condimentas al gusto, y sirves.
En este caso agregué semillas de calabaza, de girasol y semillas de cáñamo de Laias para añadir más vitaminas y para darle un toque crujiente, si no tienes, no hay problema, puedes agregar crutones o lo que se te ocurra. :)
Si quieres ver el video de una receta parecida pero con algunas variaciones, haz click en este link para ver los pasos.
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Con amor y sazón, La Negrita.
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