Siempre fui una foodie pero nunca me gustó o me llamó la atención cocinar. Me encanta comer desde que tengo memoria y disfrutar de la comida, conectarme con diferentes culturas a través de los sabores.  A pesar de esto, a temprana edad no sentía la curiosidad por cocinar o saber cómo era el proceso de preparación de las comidas. Soy hija única de una madre soltera que trabajaba todo el tiempo para sacarme adelante así que ella no tenía tiempo de cocinar y no le gustaba tampoco… en Colombia, al igual que en muchos lugares de Latinoamérica es muy normal tener alguien no relacionado con la familia que te ayude en casa con la cocina y el aseo, por esto no me ví en la obligación de cocinar hasta que entré en la universidad.

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Siendo estudiante en la Uni, se me empezó a despertar la curiosidad por la cocina y empecé a hacer recetas que veía en revistas o en programa de televisión. De hecho me encantaba ver programas de cocina, tenía una fascinación por ellos. En ese entonces los platos que más me gustaban preparar eran curry con camarones, ceviche y un molde con berenjena, tomate y queso mozarella. Les tomaba foto y las compartía por instagram pero sin ninguna intención.

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En Mayo de 2014 llegué a Berlin, Alemania. Dentro de los primeros trabajos que tuve, fue en la embajada de Mexico en Berlin como mesera para eventos importantes. Ahí conocí a un chef que cocinaba espectacular y siempre me metía a la cocina a ver lo que hacía. Él me enseñó como hacer tinga de pollo y tacos de mole con pollo.

 

Empecé a cocinar y hacer tacos “from scrach” a mis primeros amigos en Berlin, la mayoría suecos y a ellos les encantaba y de ahí empecé a sentirme más cómoda y confiada con mi sazón. Luego estuve en Singapore y recuerdo que descubrí el Pock Choi, un vegetal verde que a muchos les parece simple, pero con el que se pueden hacer platos deliciosos. Llegué a Berlin a hacer directamente la receta que había visto en ese viaje a Singapore. 

 

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Y así fue como seguí intentando hacer diferentes platos. Y aquí quiero agregar que no siempre los finales son felices...hay muchos intentos en los que la comida no sale bien, pero de todo se aprende.

 

Recuerdo que por primera vez quería hacer unos frijoles, un plato muy común que comía en Colombia pero que nunca había hecho por mí misma. Compré los frijoles, los remojé y los hice en una olla normal, cocinándolos primero por 1 hora pero para mi frustración no se ablandaban. Me sentía un fracaso total pero al parecer los frijoles estaban “pasmados”, término que utilizamos en Colombia para cuando un alimento está malo por defecto. El caso es que ahora puedo mirar atrás y reírme sobre eso porque después de pruebas e intentos ya tengo mi receta casera perfecta y a mi gusto de frijoles colombianos que me recuerda y me transporta a la casa de mi abuela. La primera vez que hice lentejas - uno de los platos más fáciles de hacer - fue un momento para recordar, jajaja. 

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En 2017 decidí crear el blog enfocado a recetas plant based pero este se fue transformando en lo que es ahora, un espacio donde comparto cómo conecto en mi cocina con mis raíces latinas. Donde voy combinando sabores y me permito explorar sabores. Donde recreo recetas que me recuerdan a mi niñez y me hacen sentir cerca al lugar donde crecí: Colombia.

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Gracias por leerme hasta aquí. Espero que te gusten las recetas. Mi consejo es que te permitas experimentar las veces que sea necesario en la cocina hasta que encuentres tu sazón.